Bolsas de Ganchillo, broches y abuelas

Hoy en día el ganchillo es una moda, esta moda usar los viejos puntos bajos, altos y medio altos y realizar muñecos que luego se rellenan de algodón sintético, alfileteros, monederos, posa vasos, cuellos, etc. El ganchillo se ha reinventado así mismo y hoy las nietas emulamos a nuestras abuelas, y estás se sorprenden cuando nos ven con la aguja y nos ven crear de la nada formas imposibles. Nuestras abuelas, en sus tiempos, hacían mantas, colchas, paños para proteger y decorar los muebles, cortinas, caminos para las mesas de comedor o aparadores, etc, en mi casa, se guardan como oro en paño varios pañitos    y algunas de las labores que sí mis dos abuelas realizaron y que tienen un trabajo y una complejidad que  hacen que más que labores sean obras de arte.

Hace unas semanas mi abuela vino a merendar y a estar un ratillo con nosotros.Yo andaba haciendo aquel día un cactus (próximamente los colgaré) y después de ojear un libro "100 Flores de puntos y ganchillo" de Lesley Stanfield, se fijo en los lirios del valle y me pidió que se lo hiciera en broche. Al rato, se fijo en una bolsita de ganchillo  donde mi madre guarda su ebook. Aunque la bolsa esta hecha por mi, el diseño no es mio. Hace unos años, yo andaba terminando mi carrera y tenia algo de tiempo libre que, en ese invierno mate, intentando aprender una de las actividades que hasta aquella fecha se me habían resistido, el ganchillo. El diseño de la bolsa lo saque de una antigua revista de mi madre llamada Todo Ganchillo y en aquellos fríos meses antes de los exámenes o mejor dicho del examen (solo me quedaba una asignatura) de febrero me decidí a hacer, esta hecha a punto alto y con avellanas. La vio, le encanto y me pidió una bolsa y una sugerencia, que la hiciera en redondo en lugar de en dos mitades como esta realizada la original. Ni que decir tiene que a mi me hizo muchísima ilusión los encargos y se los hecho gustosa y feliz por hacerlos.
Confieso que la bolsa me ha costado hacerla, hacia años que no la hacia y no contaba con esquema, ni con instrucciones, ni nada, por no acordarme no me acordaba ni del nombre de las avellanas. La saque de la que tenia que mi madre, contando y copiando el patrón, esto supuso, deshacer algunas vueltas y hacer un ejercicio de memoria importante intentando recordar como había hecho las  dichosas avellanas, que una y otra vez se me resistieron, hasta que me acorde. Lo mejor de todo vino el otro día, con la bolsa prácticamente terminada (a dos vueltas del final para ser exactos) cuando buscando otra cosa dí con el cuadernillo con la solución a mi alcance, en fin quién guarda haya y encima me sirvió para reírme un montón.


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